no eh encontrado autor Saber usar un paraguas requiere de verdad maestría . Hay que estar atentos a los cambios del viento y anticiparlos. También la intensidad de la lluvia es un factor a considerar, además de los espacios por donde se camina . A veces, por mas que uno se enfurece, algunas gotas logran resbalar por tu rostro. La lluvia arrecia y el viento se arremolina ensañándose contra uno. Entonces, el paraguas se vuelve frágil, inútil, y lo dejas ir, como el recuerdo de una mala noche, y en cambio miras al cielo y agradeces que la lluvia se lleve también tu pena. Sergio Vega Ortega.